Inauguración "espacios en blanco"
Una mirada irónica a la sociedad La Fundación Teruel Siglo XXI junto con el Museo de Teruel presentó la exposición Espacios en blanco de Luis Loras, en la sala de la Cámara de Comercio e Industria de Teruel. La muestra recoge el trabajo pictórico que este artista aragonés ha desarrolado en los dos últimos años y que se podrá visitar hasta el próximo 12 de junio. En la exposición que se inauguró en la capital, los veinte acrílicos que la componen se agrupan de forma ordenada en cinco ámbitos diferentes que son Espacio contemplación, Espacio indómito, Espacio exterior, Espacio deseo y Espacio compartido. Tras su anterior muestra individual We are family, presentada dentro de la programación de Teruel Punto Photo 2009, Luis Loras (Zaragoza, 1976) vuelve a exponer de nuevo en Teruel, donde ha fijado su lugar de trabajo en los últimos años y vuelve a la pintura, el medio de expresión con el que, sin duda, más se identifica, aunque esté siempre abierto a investigar en otros campos artísticos como la fotografía y la instalación. En la inauguración se destacó la importancia de la colaboración entre la Fundación Siglo XXI y el Museo de Teruel para este tipo de enventos y destacaron la frescura de este trabajo. Según comenta el propio el artista, en Espacios en blanco, reflexiona sobre la cantidad de imágenes que nuestro cerebro percibe pero no retiene; sobre lo que las imágenes nos cuentan o nos han dejado de contar. Loras juega continuamente con la ironía, a veces con el humor y el absurdo, plantea metáforas de la situación social actual en la que nos encontramos, donde ya no hay imágenes que nos sorprendan. El exceso ha hecho que pierdan su significado. "Una mirada irónica a la sociedad", Diario de Teruel, 20 de mayo de 2011, p. 40.
La mantis Personalmente, el bicho que me parece más inquietante es la mantis religiosa que se asoma al cuadro "El ángelus”. Un cuadro de la serie "deseo” ya de por sí bastante inquietante. Acércate a la Cámara de Comercio, dónde (se) expone Luis Loras. Puede que pienses lo mismo que yo, una temeridad: muchos de los atribulados individuos que pueblan los lienzos, "El ángelus” y otros, son el propio artista, vapuleado por su conciencia. La mantis, verde como las tentaciones, es una pesadilla, pero no lo es menos el fálico pintalabios, el rojo desorden del rostro, el caos insomne de las sábanas. La vida está llena de voraces desórdenes, de verdes amenazas. No es el único insecto, digo. La hormiga de "Los membrillos”, el tiburón flotante de "El agujero”, la mosca de "Los tres cerditos” son otros símbolos. ¿Qué simboliza toda esta fauna que acecha? Es el otro lado, es la cara oculta. Debajo de los "Espacios en blanco" hay un pozo negro, como en cualquier conciencia. Hay crímenes y mordazas, intensas frustraciones -cómo no acordarse del insecto mítico de Kafka-, rostros que se ocultan, temores. Ahí está el niño de "Dualidades”, acosado por sus visiones, el niño que luego es el adulto de los otros cuadros. Hay uno que los resume todos: "El hombre eléctrico”: lo verás enseguida, muy cerca de la entrada de la exposición. Se lleva las manos a la cabeza y maldice; qué extraño soy, se lamenta. Esta exposición asombra y lacera. Hipnotiza, como la mantis. Como la mantis, promete un placer angustioso. En cierto modo "Espacios en blanco" subyuga. Te recomiendo una última pieza, quizá mi favorita. Se titula "La tormenta”. Seres esclavos, pétreos, violentos en la desolación de un ámbito desnudo, como ellos; al otro lado de la ventana, en efecto una tormenta -recuerda La carretera, de Mc Carthy/Hillcoat-, la tormenta que arrasa nuestros anhelos. Ya fuera, en la calle, la otra tarde llovía. Un agua impúdica, desconsolada, inmisericorde. Días después, la mantis me sigue observando. Toni Losantos, “La mantis”, Diario de Teruel, 9 de junio de 2011. p. 4.